"De pie, uno frente al otro, en la posición programada. Mirándonos a los ojos. Tengo un arco y Ulay sostiene su cuerda con la flecha que apunta directamente a mi corazón. Micrófonos instalados en ambos corazones registran la frecuencia creciente de los latidos."
Hija de partisanos y nieta de un santo, la artista serbia Marina Abramovic es la más grande artista de las performances. En los años 70 comienza sus acciones entendidas como rituales purificadores. Su trabajo desconcertante y a veces brutal es una forma de investigar acerca del control de la mente y los limites de la resistencia del cuerpo como único modo de hacernos más libres. Algunas acciones en las que pone en riesgo su vida, solo concluyen cuando interviene el público puesto a prueba ante la contemplación del dolor y el sufrimiento.
En Ámsterdam, conoce al artista alemán Ulay que había nacido el mismo día que ella. Ambos viven y colaboran durante doce años. Es con él que realiza Rest Energy en 1980. La relación artística entre ambos nos regaló otros muchos momentos inolvidables. Finalmente tras varios años de tensión, se separaron definitivamente tras recorrer durante 90 días la Gran Muralla China. A modo simbólico, caminaron uno hacia el otro desde los extremos opuestos de la muralla hasta por fin encontrarse, para después sencillamente volver a separarse esta vez para siempre.
La Abuela del Arte de la Performance sigue trabajando en solitario. En 1997 recibió en La Bienal de Venecia el León de Oro a la mejor artista.