jueves, 31 de marzo de 2011

Arte para superar la tristeza


"La idea me vino a la cabeza cuando me pregunté: ¿Para qué diablos continuar haciendo arte? La pregunta era pertinente tras el 11 de septiembre.”

El principal sujeto de las fotografías de Cindy Sherman (Nueva Jersey, 1954) es ella misma. Convertida en actriz de su propio trabajo en sus autorretratos se maquilla y transforma infinitamente hasta que el referente real se diluye en el personaje. Estas puestas en escena debido a su estética y su potente sentido narrativo remitían en un inicio al cine de los años 50, aunque posteriormente sus temáticas se han ido ampliando.

La serie de payasos (2004) surge como respuesta al desanimo de la artista tras los atentados del 11S. Los amigos le animaron a hacer arte para superar esta tristeza. Estos seres grotescos le proporcionaron un vocabulario sin límites en el que coexisten diversos estratos de emociones. Los payasos representan no solamente la ironía o el humor, sino también lo patético y lo trágico. Sus bocas exageradamente sonrientes y sus ojos enormes son la caricatura perfecta de las imperfecciones humanas.

Los payasos pululan a nuestro alrededor para recordarnos que tras el maquillaje destinado a hacernos reír existe otro rostro, aunque nos resistamos a reconocerlo. ¿Qué se esconde realmente detrás de esas coloridas máscaras? Quizás nada más que una inmensa tristeza, o tal vez un inesperado gesto de terror.
   

1 comentario:

  1. A mi los payasos me dan mal rollo. Pero me encantan los otros trabajos de la Sherman, especialmente las fotos en b/n de sus inicios.

    ResponderEliminar